L confiaba en mí, pero de alguna forma lo expresaba como decepción... Aun así, L fue una mujer importante, mi primer acercamiento al mundo de los adultos, a las conversaciones profundas disfrazadas de triviales.
L sin saberlo se convertiría en la imagen del juicio, la búsqueda irremediable de la perfección, el cuestionamiento constante de todo, para todos y con todos.
Cuando dijimos adiós, fue para siempre y así quedará su recuerdo conmigo...
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